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Golf | Colonial

Annika: "No volveré a jugar con hombres"

La sueca lloró en su despedida: "Estoy orgullosa, pero sé cuál es mi lugar"

<B>CON SU MARIDO.</B> Annika Sorenstam mide la distancia a un hoyo en presencia de su marido, que le hace de caddie.

La sueca Annika Sorenstam aguantó durante muchos minutos de su rueda de Prensa sin derramar una lágrima. Y, al final, le salió un suspiro profundo y después de un respiro que pareció durar una eternidad exclamó con los ojos mojados: "Esto es lo que más me gusta hacer".

Y lo hizo muy bien, aunque al final no pudo pasar el corte en el Colonial Country Club de Forth Worth, en Texas.

La jugadora sueca quiso dejar bien tranquilos a aquellos colegas varones que sientan celos de la atención recibida esta semana o miedo ante la mejor golfista del mundo. "Ya no voy a jugar otro torneo de la PGA y estoy agradecida y honrada por haber estado aquí. Pero sé dónde debo estar".

Uno de los policías que estuvo el jueves y el viernes encargado de controlar a los espectadores dijo que nunca había visto tanta gente detrás de un participante en el Colonial. "Tiger no fue nada cuando jugó en 1997 comparado con lo que ha sucedido con Sorenstam".

"Quiero agradecer a toda la gente el apoyo que he recibido. Han sido muy correctos y me han apoyado siempre", manifestó refiriéndose a los miles de espectadores que le han seguido estos días.

Annika dijo que el Colonial era su Everest y al final del segundo recorrido declaró que "he subido todo lo alto que he podido y cada paso ha merecido la pena. No me lamento de nada y estoy muy orgullosa de la forma en la que he jugado. El ser parte de algo como esto no lo olvidaré nunca".

Sorenstam admitió que se había emocionado y llorado porque "no quería que se acabara y todos los chicos han sido muy amables. Incluso dos me han dado su teléfono, lo que me parece muy interesante".

Y para resumir su jornada en la que cometió cinco bogeys por un solo birdie señaló que "no estaba más nerviosa, aunque nunca me sentí tan a gusto como el jueves".

Annika no se va sola. Sergio García tampoco logró superar el corte tras acabar con 143 golpes, tres por encima del par.