Yo digo J.J. Santos

Roig abrió la espita

J.J.Santos
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Ha pasado el suficiente tiempo como para poderlo contar. Cena en Benidorm, presidida por Eduardo Zaplana, entonces alcalde de dicha ciudad y hoy ministro. Roig, presidente del Valencia, acaba de fichar a Parreira como entrenador. En un momento dado empieza a vilipendiar a Valdano, recién fichado por el Madrid. Lo hace dirigiéndose a mí, sabiendo la buena relación que tengo con Jorge. Nos enzarzamos. Media Zaplana, y Lazarov. La cena acaba como el rosario de la aurora. Aquel discurso agresivo de que había que pelear contra el potencial de la meseta (así calificaba Roig todo lo que procedía de Madrid) acabó calando en una parte de la afición. Era el inicio de una rivalidad no conocida antes entre Valencia y Madrid. (Por cierto, Roig acabó fichando a Valdano poco tiempo después).

Pero aunque Roig pueda creerse precursor de tal enfrentamiento, la hoguera se encendió cuando el Valencia creció en lo futbolístico. Sus dos finales de Champions League, la pelea permanente por la Liga, el título logrado el pasado año... son credenciales suficientes para que el aficionado de Mestalla vea en el Madrid el rival a batir. Y eso sí es bueno, y saludable. Es como si nuestro fútbol nos hubiera regalado un nuevo clásico en el último lustro. Y como ocurrirá hoy, en el encuentro estará en juego no sólo ganar al poderoso, sino buscar los tres puntos para tomar parte en la Copa de Europa de la próxima temporada. Me quedo con esa rivalidad, que nace del potencial deportivo, más que con el discurso de populismo barato que acaba generando violencia.

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