Decisión acertada
Noticias relacionadas
Es un final que alumbra un principio. Nadie es capaz de adivinar por dónde discurrirá, desde ahora, el futuro del club, pero el adiós de Jesús Gil, en principio definitivo, debe de marcar inevitablemente un antes y un después en la historia del club. La decisión me parece acertada, porque es imprescindible un cambio generacional y porque su marcha, como él reconoce, puede servir para despejar las suspicacias de todos aquellos que están dispuestos a contribuir a sanear las maltrechas arcas del club. Su adiós transmite sinceridad cuando admite que es un obstáculo para la viabilidad financiera del club.
La misma sinceridad con la que reivindica salvar de la quema su patrimonio o cuando confiesa que el tránsito hacia el más allá lo quiere realizar enfundado en una bandera rojiblanca. No me ha gustado nunca su incendiaria forma de hablar ni su compulsiva forma de comportarse, pero le humaniza su emocionada devoción por nuestro colores. Pese al respeto que me inspira su edad y sus muchos desvelos por posibilitar la supervivencia del club y por mantener indemne la grandeza de la entidad, hay que reconocer que estamos ante una convulsa y polémica gestión, pírrica en títulos y que nos deja más endeudados que cuando Gil llegó al club. Se va Gil y con él todo un estilo personalista y lenguaraz cada vez menos al uso en nuestro fútbol. Otros métodos más profesionales y transparentes en la gestión y mucho más diplomáticos se imponen. Su marcha servirá para que el club pueda lograr la estabilidad necesaria y despejar no pocas incertidumbres. Para el Atlético y para él mismo. Con su adiós todos, seguro, saldremos ganando.