Transistor y palmas

La Real Sociedad se ha convertido en el referente. Antes de que los que ocupaban el banquillo de acusados por lo de Turín saltaran al terreno de juego, ya estaba el personal pendiente de las noticias que llegaban de Donosti. Eso también quiere decir que cuando está la Liga en juego, se olvidan fácilmente los cabreos. Si además le haces tres goles al rival en dieciocho minutos, el plebiscito deja de tener sentido. Y eso es lo que ocurrió en el Bernabéu. Tranquilidad y buenos alimentos. Bocata va, bocata viene y consulta permanente al compañero de abono que estaba colgado del pinganillo radiofónico.

Y lo que decía la radio y reflejan hoy los diarios es que la Real está absolutamente convencida de que puede ser campeona. Tanto como el Madrid, que se ha convertido en un equipo herido y seguro de sus posibilidades. Al Málaga le pasó por encima sin dar sensación de desgaste. Desde hace tiempo hemos perdido el hábito de las últimas jornadas de infarto. Esas en las que cuenta tanto lo que hagas como lo que pueda hacer el rival. Me da que en el próximo mes vamos a disfrutar de lo lindo. Aún recuerdo la Liga ganada por la Real en Gijón en los ochenta, con gol de Zamora. Igual que las perdidas por el Madrid en Tenerife. Prepárense porque estamos en eso.