Ganar o echarse a temblar

La cosa no está para bromas. Al Tenerife le quedan siete partidos y tiene que ganar dos de ellos para asegurar la permanencia. Esto significa que una derrota ante el Poli haría temblar los cimientos. Jugarse la permanencia ante Levante, Murcia y Las Palmas le puede resultar al Tenerife de una presión insoportable. Aunque considero que el derby de la penúltima jornada es más una garantía que un peligro por las magníficas relaciones que tienen las dos instituciones. Ambas atraviesan por problemas similares y buscan soluciones conjuntas. Existe el convencimiento de que de la mano les irá mejor.

El 75% de la plantilla del Tenerife no seguirá la próxima temporada: algunos acaban contratos y a otros que fichas altas se le están buscando salidas. Pero la plantilla tiene que ser profesional y honesta y como mínimo tienen que dejar al club tranquilamente en Segunda (seguramente no hará falta recordarles que ellos fueron fichados para subir a Primera y que tienen sueldos que no son de Segunda). El Tenerife se está encontrando con otro problema: a falta de concretarse los derechos televisivos, que no se cerrarán hasta la última semana de agosto, los equipos de Primera ya no asumen fichas como las de antes. El Tenerife se encuentra con la paradoja de que para soltar a sus joyas, no sólo le vale con dejarlos ir gratuitamente, sino que tendrá que abonar parte de la ficha. Ya ni siquiera es suficiente con darles al libertad porque no la quieren: los jugadores nunca volverán a firmar contratos como los que consiguieron hace cuatro años.