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La galaxia y la edad

Los astrónomos nos han enseñado a calcular la edad de las estrellas. Si los cuerpos celestes —en su esfera— cumplen años, ¡qué decir en la Tierra! Cuando el Madrid (hace no mucho) se convirtió —o quiso hacerlo— en equipo galáctico, advertimos algunos que, aparte los fallos de la nombradía o el exceso de confianza o fama—cosas que, en alguna medida, han actuado en Turín— a ese Madrid le acechaba, a muy corto plazo, la edad de algunos de sus jugadores más relevantes, si admitimos el canon (surgido de la experiencia) de que un jugador de fútbol, pasados los 30 años, empieza a ser "viejo".

Figo (que es un jugador excelente, en el filo de la treintena) falló un penalti en Delle Alpi que en modo alguno debía fallarse. Zidane (jugador absolutamente genial) está cerca de su límite. ¿Y Hierro? Pues vamos a decir lo que piensan casi todos los aficionados. Hierro lleva varios partidos totalmente ineficaz y ausente; tras recuperarse de su lesión, Fernando Hierro (35 años) ha desaparecido y lo que es peor, ha defendido mal y ha sido un capitán sin cohesión ni mando. Es posible —mejor, seguro— que el madridismo debe mucho a Hierro. A lo mejor el jugador debe (como Jorge Valdano) entrar a formar parte del cuerpo técnico del equipo, pero dada su edad y vistas las consecutivas catástrofes de los últimos partidos, un Hierro que ha sido sólo ausencia, está más que claro que debe abandonar el equipo. Nada en contra del defensa malagueño. Al revés, sólo en favor suyo.