¡Qué tiempos aquellos!
Yo acababa de descubrir que en un quiosco cerca de casa se vendía una revista italiana, Il Calcio e il Ciclismo Ilustrato, y la compraba todas las semanas. Tenía unas fotos magníficas y la información completa del scudetto. Por ello cuando tocó la Juve en el sorteo de la Copa de Europa me conocía muy bien a Sívori, a John Charles, el gigante bueno, al capitán Boniperti que luego sería presidente y a los extremos Nicolé y Stacchini. Era un equipo extraordinario. No recuerdo el encuentro de Turín, lo que me hace pensar que no se televisó, pero ganó el Madrid gracias a un gol de Di Stéfano. Estuve en el Bernabéu, la Juve salió vestida totalmente de negro y Sívori empató la eliminatoria. Di Stéfano, muy enfadado, mandó al árbitro que se cambiase de camiseta porque se le confundía con los italianos. No hubo forma de superar su defensa y se desempató en París porque entonces no había penaltis ni tampoco valor doble de los goles en campo ajeno. El encuentro del Parque de los Príncipes sí se televisó. Yo fui a verlo a casa de mi abuela que se había comprado una tele para poder ver la boda de Fabiola con Balduino. Nos reunimos mucha gente, la mayoría familiares, porque la tele era un objeto todavía minoritario. Había pesimismo en el ambiente pero al Madrid le salió un partido redondo, sobre todo a Del Sol y a Felo. Pachín anuló a Sívori hasta aburrirle después de haber tenido un descuido que costó un gol. Era un Real Madrid imperial.