Mucha clase y gran casta

Tiene un gran mérito Stefano Garzelli. Los que hemos sido ciclistas sabemos lo que cuesta entrenar sin competir y ganar en la carrera de tu reaparición. El italiano lo consiguió en la primera etapa del Giro del Trentino y, dos semanas después, ha ganado en el Giro. No competía desde que fue sancionado por doping en el pasado Giro. Ha superado el palo de la sanción y se ve que ha vuelto con rabia, con ganas de reivindicarse.

Esto denota una gran clase y una tremenda casta. Hay que tener un gran espíritu de sacrificio para pegarte palizas de siete horas en solitario. Es mucho más fácil coger la forma en un pelotón, 200 km a rueda. Garzelli ha demostrado además que, a pesar de su inactividad, hay que contar con él en este Giro. Sólo nos queda la incógnita de si se ha pasado de rosca en su ansia por llegar aquí en gran condición y lo pague en la última semana.

Hoy también hemos empezado a ver a los nuestros. En cuanto la ruta se empina, salen los kelmes. La carrera está aún muy bloqueada y es pronto para gastar fuerzas tontamente. Para ellos el Giro empezará de verdad en las etapas del domingo y del lunes.