Sainz vuelve a una prueba favorable

Carlos Sainz quiere volver a bailar un tango victorioso en Argentina. Hoy comienza la cita suramericana, que el pasado año ganó el español de una manera un tanto rocambolesca (tras la exclusión de los dos Peugeot de Marcus Gronholm y Richard Burns) y que a su vez, al menos sobre el papel, debe resultar favorable a su Citroën Xsara.

Los tramos de la sierra cordobesa son bacheados, como los que dieron el último triunfo en Turquía al madrileño, aunque en este caso su trazado es algo más rápido. Tras el fiasco de la anterior cita de Nueva Zelanda, Carlos llega con el firme propósito de enmendar la plana y retomar posiciones en un Campeonato del Mundo que tras la cita de las antípodas ha vuelto a teñirse del color Peugeot, con sus pilotos Richard Burns y Marcus Gronholm colocados en cabeza.

Citroën estuvo probando con sus tres mosqueteros, Sebastien Loeb, Colin McRae y el español en unos tramos de tierra en Alicante, en busca de esos reglajes que les permitan plantar cara a los del león. La competición entra ahora en un terreno más propicio para los Xsara, ya que después de la cita argentina llegan el Acrópolis griego y Chipre, también con ese tipo de piso muy bacheado y rompedor.

De nuevo se espera un duelo entre los dos equipos franceses, aunque sobre este terreno también deben destacar el recién renovado Ford Focus y el Subaru Impreza. Los del óvalo, como siempre, pierden opciones por el bajo nivel de su plantilla de pilotos, lo contrario que ocurre con los nipones, que tienen un valor seguro en Tommi Makinen y Petter Solberg.

Sainz: "Aquí corro como en casa"

"En cierto modo, aquí corro como si estuviera en casa. Los argentinos se portan excepcionalmente conmigo y yo intento corresponderles. Hablar el mismo idioma es una ventaja en este sentido, pero además también tengo buenas sensaciones con el rally. Su recorrido tiene un poco de todo. Es comparable a Portugal, y a mí me gusta la prueba y sus tramos".