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Golf | Masters de Augusta

Weir es zurdo por consejo de Nicklaus

Aunque es diestro, desde niño juega con la izquierda

<b>UN GRAN ÍDOLO.</B> Mike Weir fue recibido por una multitud en Toronto.
reuters

Mike Weir se siente el golfista más feliz de la tierra. Acaba de ganar el Masters de Augusta, contra cualquier pronóstico, y puede haber desbancado a Phil Mickelson... como ídolo de los zurdos golfistas, una especie casi en extinción hace unos años pero que va ganando adeptos con el avance de la tecnología. En los ochenta no era sencillo encontrar buen material para zurdos.

Weir firmó las cuatro tarjetas que le dieron el Masters con la mano derecha. ¿No era zurdo? No, juega de izquierdas pero es diestro. La del canadiense es una buena historia. Agarró un palo con sólo 8 años y su primer acto reflejo fue hacer el swing al revés del mundo. Su juego mejoraba pero el joven Mike necesitaba explicaciones. En 1982, con 12 años, redactó de puño y letra una carta dirigida a Jack Nicklaus: "Juego a zurdas porque empecé a hacerlo así, pero escribo y me desenvuelvo mejor con la mano derecha. ¿Debo cambiar el swing y jugar como los demás? ¿Qué me aconseja?".

A las pocas semanas, Mike recibió la respuesta. "Si tu swing actual es natural, sigue adelante". El canadiense le hizo caso al Oso Dorado y siguió dándole al revés. Así le ha ido. Ya lleva tres torneos en el zurrón en este 2003.

Queda claro que al vencedor del Masters no le fue fácil encontrar la senda del triunfo. En Canadá se le hacía difícil jugar con asiduidad. Weir dribló la rudeza del clima pegando drives en el lago de Bright’s Grove en Ontario. Se apañó, aunque bien podría haber desistido en sus intentos y meterse a jugador de hockey hielo (no se le ve cuerpo). Weir creció idolatrando a Wayne Gretzky, el mejor jugador de todos los tiempos. Una vida, pues, dedicada a la pasión del deporte, al sueño de escapar del frío canadiense y alcanzar el sol del Tour americano, que rota por todo el país en busca del calor en las playas y en las calles. Por ahí se encontró y lo seguirá haciendo con Tiger Woods, que ahora le verá con otros ojos. Weir y Woods: como la noche y el día.