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Olimpismo | Madrid 2012

Ya suena el himno para Madrid 2012

La candidatura presentó ante 1.500 personas la melodía compuesta por Nacho Cano en un moderno espectáculo plagado de plasticidad

<b>CARAS CONOCIDAS.</B> Acudieron, entre otros, Florentino, Valdano, Del Bosque, Alberto García, el recién proclamado subcampeón del mundo de 3.000 metros, Marichalar , Lombao y Romay.
Carlos martínez

Más de uno se acostó ayer tarareando el himno de Madrid 2012, presentado ante 1.500 personas. Porque el himno, compuesto por Nacho Cano, y que apareció al final del espectáculo ataviado con unos vaqueros y una camiseta de la candidatura, es pegadizo y, aunque recuerda a la solemnidad de las mejores bandas sonoras del cine, guarda un cierto aire a Mecano.

El himno, de momento, no tiene letra pero Ignacio del Río, consejero delegado de la candidatura, ya adelantó que "la tendrá".

En el acto se dieron cita muchas personalidades del mundo del deporte. El Real Madrid acudió con su presidente al frente, Florentino Pérez, su director general, Jorge Valdano, y su entrenador, Vicente del Bosque. Sus caras dibujaban la satisfacción por el resultado de Moscú. Ignacio del Río bromeó con Florentino. "¡Qué fácil ha sido!", le dijo. A lo que Florentino respondió: "Claro, lo dices porque como eres del Atleti...".

Una rivalidad que sorprendentemente no existió después en un espectáculo musical que arrancó precisamente con una inédita imagen de la diosa Cibeles y el dios Neptuno de muy buen rollo y subidos en el mismo carro: el de Madrid 2012. En el acto participaron, entre otros, Antonio Carmona, de Ketama, la Orquesta y Coro de la Comunidad y bailarines del Conservatorio de Danza.

En el espectáculo hubo escenificaciones deportivas de gran plasticidad. En la recta final, la diosa Cibeles cantó la emblemática canción de Ana Belén La Puerta de Alcalá, que el animado público acompañó con palmas. Y como colofón, una de Mecano, La cuenta atrás, la canción que habla de las doce campanadas de fin de año. La organización depositó en cada asiento una bolsa con doce gominolas, una dulce propuesta con la que los presentes simularon la tan ansiada cuenta atrás olímpica para el mítico año doce del recién estrenado milenio.