El rey del Carnaval

Primera | Alavés 1 - Real Madrid 5

El rey del Carnaval

El rey del Carnaval

jesús aguilera y paulino orive

Hat-trick de Ronaldo. Dos goles de Raúl, que supera a Hugo. El Alavés, penoso. Ronie, 13 tantos en la Liga.

El partido, para que se hagan una idea, recordó a los que disputábamos en los Escolapios durante los recreos, en los que podías jugar donde te diera la gana, como si te ibas a comprar un donuts. No es que no hubiera rigor táctico, es que no había rigor. Exactamente como ayer.

En aquellos encuentros del colegio el único que era un bulto sospechoso era el portero, que solía ser un tipo con loden y gafas que tenía como mayor mérito atraer el balón con los mofletes. Este papel lo representó ayer Dutruel, aunque saliera con los mofletes intactos. El defensa (sólo jugábamos con uno, en plan stuka) también solía ser un personaje marginal, en lo que a la infancia se refiere, por supuesto, que todos ellos serán hoy abogados de éxito, incluso políticos. Este personaje lo encarnó Abelardo, y con esmerada fidelidad, todo hay que decirlo.

Y luego, entre toda aquella marabunta de diez cursos cruzándose en un campo de tierra, estaban los jugones, los que calzaban chirucas predator. Velasco y Pérez Moreno, en aquella época; Ronaldo y Raúl, en Mendizorroza.

No diré que el de ayer fue un partido malo, nadie sabe si el caos lo es, pero resultó de una inocencia absoluta en el caso del Alavés, que sólo duró diez minutos, los primeros y más por torrija visitante. Y no es que los locales no presionaran, es que lo hacían mal, por capas, la primera y la última, y el resto, crema pastelera. En esas circunstancias el Madrid se encontró con el partido que siempre sueña, medio pachanga-medio recreo, con muchos espacios, con defensas blandurrios que entran animosos al capote.

El primer gol lo marcó Ronaldo, que encaró a Llorens, le hizo tres bicicletas, le quebró por fuera y disparó cruzado. En su trayecto a la portería, el balón botó de forma extraña y despistó a Dutruel, de natural despistado.

Pero no se puede quitar ni un mérito a Ronaldo. Es un delantero fabuloso, que crece en cada partido, que ya se atreve a encarar y que por fin ha llegado al punto de fabricarse los goles sin ayudas exteriores.

La otra estrella del encuentro, Raúl, tampoco tardó en darse cuenta de que el partido era jauja. Sintiéndose sobradísimo, se convirtió en el comisario y no se puede descartar que pensara: hoy meto dos.

En esa tónica del Alavés con tirachinas y el Madrid a cañonazos, llegó el segundo tanto. Dutruel (dudúa) se tragó el balón en un córner y Raúl aprovechó la pifia. Así se cerró la primera parte, sin mucho escándalo, porque los locales se podían haber llevado cuatro.

Y en la reanudación, en el enésimo pase en profundidad que le llegó por la izquierda, Ronaldo hizo otra bicicleta y estuvo a punto de romper la cadera de Abelardo, que se cayó como un ancianillo, pobre. El disparo se coló entre las piernas de Dutruel. El Madrid no podía recordar un partido más fácil.

Con 0-3 el Alavés siguió corriendo, con la dignidad de los boxeadores apaleados. Y eso le valió para conseguir el tanto del honor, en un cabezazo de Iván Alonso en el que Guti no se dio por aludido. Luego vino el cuarto, el tercero de Ronaldo, otra vez por la izquierda, y poco después el quinto, de Raúl, gracias a un magnífico pase de Guti.

Si lo piensan, esto es lo que imaginamos que haría cada semana un equipo tan grande como el Real Madrid, con tantos recursos en ataque. Y eso que ayer no estuvo Zidane, que está hibernando.

La conclusión es que el Madrid vuelve a acostarse líder, que sigue acosando a la Real y presionando al Valencia, que Raúl suma 208 goles oficiales (uno más que Hugo), que Ronaldo ya es Ronaldo. Si el Madrid descubre todo lo que puede hacer, si se da cuenta que tampoco le cuesta tanto, se convertirá en un equipo inabordable y lo hará en la fase más importante de la temporada, cuando el Milán acecha a la vuelta de la esquina con un puñal que, creo, les empieza a temblar.