Yo digo Vicente Carreño

La filosofía del Mono

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El Mono tiene su propia filosofía, su visión particular de las cosas y del fútbol. De los árbitros pasa, le vaya bien o mal con ellos. En Sevilla le cantaron un gol cuando el balón no había traspasado la raya, como se demostró después, y se quedó tan ancho. Cosas que pasan. Ahora tampoco quiere hacer sangre con la tarjeta roja que vio Nagore. Los árbitros están ahí y punto. Es mejor pasar de ellos que complicarse la vida con charlas inútiles como hizo Nagore en Huelva. Si se equivocan es mejor mirar hacia otro lado y seguir jugando. Y si aciertan también. El Mono tiene sus códigos que le funcionan a la perfección.

Por eso Burgos también le quita importancia a la goleada del Recre. Su filosofía es la de pasar página y a otra cosa. Y si se puede hay que poner la vista en los de arriba, en los siete de cabeza. Ese es el objetivo que marca el Mono y que debe ser el de todo el Atlético: no permitir que la brecha de puntos se abra para mantener opciones de dar el salto. Este Atlético irregular, capaz de frenar a los galácticos y de estrellarse con el colista, no ha perdido comba a pesar de sus numerosos errores. Y haría bien en seguir la receta del Mono: olvidarse ya de Huelva, pasar de los árbitros y hablar el domingo. En el campo.

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