El Pamesa resiste a un gran Estudiantes

Partidazo. Pudo ser una final (de Copa, de Liga, de Copa ULEB...) aunque de momento queda en excelente prólogo para la Copa del Rey. Pamesa y Estudiantes ratificaron su buen momento de forma, hicieron vibrar al público con la espectacularidad de su juego y, sobre todo, demostraron ser dos equipos que no sólo divierten sino que disfrutan ellos mismos en la cancha. Un choque al que no le faltó de nada (calidad, ritmo, emoción, alternativas...) y al que sólo le sobraron las marrullerías de Sandro Abbio, que hicieron picar a un árbitro veterano como Llamazares y fueron un lunar innecesario en el espléndido final del partido.

El Pamesa tuvo el mérito añadido de ganar dos veces. Dio la impresión de que sentenciaba con un comienzo arrollador, impecable (36-20, min. 14), pero Estudiantes se sobrepuso y, merced a los triples de Nicola Loncar (5 en 6 intentos) no sólo redujo distancias sino pasó a dominar por estrecho margen durante casi todo el tercer cuarto (61-66, min. 29).Había sido una gran demostración de carácter estudiantil, apoyada en la eficacia de Loncar, el gran esfuerzo de Felipe Reyes bajo tableros y una eficaz defensa en zona que frenó el ataque local.

Fue entonces cuando volvió a ganar el Pamesa. Mientras Estudiantes precipitaba sus acciones, al ver cerca la posibilidad de sorpresa, el equipo taronja recuperó su concentración y eficacia. Con los titulares de nuevo en pista, el Pamesa remató la faena con un contundente parcial de 27-15 en el último cuarto. Cabeza, corazón y bloque fueron una vez más sus armas. La baja de Paraíso se notó en su juego de perímetro, pero en la pintura destrozó.