Hay que pasarlo bien

El riesgo de tener una plantilla como la que tiene el Madrid es que, o se divierten en el campo las figuras o aquello acaba en bronca. Eso sí, cuando empiezan a jugar como si estuvieran en el barrio, la victoria llega por una vía casi desconocida en el fútbol actual. La sonrisa de niño grande de Ronaldo, el chistecito de Helguera susurrando en la oreja de Zidane cuando el francés firmaba una nueva obra de arte, la cara de pillo de Figo antes de tirar el penalti, el gesto de concentración permanente de Raúl y las bromas de Roberto Carlos después de limpiar la banda izquierda con carreras imposibles, delatan el carácter de un equipo construido para la diversión.

Pasado el tiempo sabremos si cala esta forma de ver y entender el fútbol. No es nueva. La explosión de la Quinta del Buitre primero y el Dream Team del Barça después, han ayudado mucho en los últimos veinte años. Han servido para que las nuevas generaciones de aficionados exijan, además de resultados, espectáculo. Estoy convencido de que ahora estamos ante otro equipo que hará historia. Y en los tres casos, un denominador común: pasarlo bien, divertirse. Esa debería ser la esencia de un deporte maltratado por especuladores que sacaron ventaja de las reglas para destruir. ¡Que sonrían los artistas!