Piterman mete al Racing en descenso

Digan lo que digan, este Piterman es un mago, y no sólo por sus apariciones estelares. En sólo dos jornadas ha conseguido que el Osasuna de Aguirre parezca el Madrid de Los Galácticos, que el Valladolid remonte un partido (ayer) después de casi tres años sin hacerlo y, lo que es peor para los cántabros, que el que fue sorprendente Racing de Preciado pase de revelación a revelado cayendo a los puestos de descenso después de una derrota en Zorrilla.

Y eso que a Dimitri le entró la jindama de última hora. Esa que te hacer salir con prisas del W.C. y abandonó la idea de dejar a Munitis en el banquillo. El del barrio pesquero aprovechó la primera ocasión de su equipo y la primera pifia de Gaspar y Torres Gómez para poner por delante a su equipo. En vez de a Munitis, Piterman tendría que haberse dejado en el vestuario o en su casa ese 4-2-4 que se ha inventado, ese engendro de sistema que intenta convertirse en un 4-2-3-1 cuando el Racing defiende, es un 0-0-0-1 (pobre Lemmens) cuando el contrario le pilla al contragolpe y un 5-0-5 cuando el cansancio agota a hombres como Coromina (que debutó ayer y no demasiado bien) y Arzeno, que hasta ayer llevaba un año y medio sin jugar.

Lo del sistema salió mal, claro, a pesar de las facilidades de un Valladolid muy fallón en defensa. Minutos después del gol de Munitis, una contra bien dirigida por Colsa permitió que Chema empatara el partido. Con las tablas apareció el caos porque el Racing trata el balón como si estuviera en un patio de colegio, y al Valladolid de Moré es fácil contagiarle la gripe. En esas acabó la primera parte y comenzó la segunda, y las imprecisiones se fueron trasladando del centro del campo a las áreas. Falló Benayoun, falló Ciric y falló Sales antes de redimirse con la jugada del 2-1.

Antes del desastre racinguista, Munitis mandó un balón al larguero pero no pudo evitar que el Valladolid remontara su primer partido desde el 25 de marzo de 2000. El Racing (con Munitis, con Coromina y con Piterman, sobre todo con él) ya está en puestos de descenso. Con Dimitri, todo es posible.

"Sufrimos mucho, pero lo importante es que, pese a todo, ganamos. El equipo estaba inquieto por la situación porque era un rival directo y por toda la parafernalia que hubo antes del encuentro. No jugamos bien, pero tuvimos el control del balón e hicimos un partido práctico aprovechando casi todas las ocasiones. Es importante remontar después de tres años".

"El equipo dio buena imagen, pero cuando no se meten las ocasiones, se pierde. Me olía la derrota en la segunda parte porque nos íbamos mucho hacia arriba. Nunca dije que el Valladolid fuera un equipo anárquico, sino que sus jugadores tenían movimientos anárquicos. Coromina hizo un partido perfecto, muy bueno para ser su debut en Primera. De estar cansado, me lo hubiera dicho".