Sin Makelele y con el orgullo herido

Primera | Espanyol - Real Madrid

Sin Makelele y con el orgullo herido

Sin Makelele y con el orgullo herido

felipe sevillano

Después de la debacle contra el Mallorca, el Madrid visita al Espanyol con los galácticos pero sin el francés, lesionado ayer. Clemente prepara el fortín.

Todavía estupefactos por la cruel derrota en Mallorca y aún más si cabe por la cesión al Leeds de Raúl Bravo, que era según Valdano el futuro rutilante al que cortaba el paso Solari, que al final sí se queda, cosas veredes amigo Sancho, nos encontramos con la visita del Real Madrid al Espanyol, antes plácido viaje a un destacamento o sucursal y ahora, desde que los anfitriones abandonaron Sarriá (y la eñe), batalla de medidas reglamentarias.

Siempre aconsejó el Maestro Araujo no meterse con el nueve, porque el día que marca un gol, y siempre terminan por marcarlo, puedes estar seguro de que te lo dedicará a ti, templado crítico, en la forma que le plazca, generalmente butifarresca. Y si esto sucede con un jugador, qué no sucederá si son todos los afectados, como ocurre en el Real Madrid tras el desastre de la Copa.

Cierto es que no todos jugaron, pero tanto los que lo hicieron como los que no sienten la necesidad de desmarcarse de aquello, hasta el punto de que con el tiempo olvidaremos quiénes fueron los responsables de la debacle, quizá Raúl Bravo.

Se puede afirmar, por tanto, que el Madrid llega a Barcelona calentito. Y además, sin Makelele, el mejor en los últimos partidos, que se dobló un tobillo en el entrenamiento de ayer tras chocar con Flavio. El relevo natural del francés debería ser Cambiasso, pero baja el río revuelto y tampoco podría descartarse otra solución, como la entrada de Solari en el doble pivote o el descenso de Zidane hasta esa posición, como hizo contra el Málaga.

Guti, otra de las alternativas en estas situaciones, se queda en Madrid por "motivos técnicos", lo que nos confirma que hay marejadilla tirando a marejada y que las derrotas indigestan. Cómo debe estar el patio para que Del Bosque saque la estrella de sheriff y se ajuste la cartuchera.

En la otra esquina del ring, el Espanyol aguarda el partido levemente ilusionado (su clasificación es estable dentro de la gravedad), fortalecido por la victoria contra el Deportivo. Al mando de las operaciones está Clemente, al que desde que apartó a La Quinta del Buitre de la Selección Española siempre le ha acompañado un tufillo antimadridista. Quizá haya cambiado, quién sabe, de momento su equipo juega a tocarla y gana partidos.

Hablando de tocarla y otras místicas, habrá que ver si Clemente cuenta de inicio o durante el partido con Iván de la Peña, la promesa evaporada, el joven que se destapó junto a Raúl y nunca jamás volvió a estar a su altura. Lo tiene mejor para debutar el italiano Torricelli, duro y fornido, resabiado, arquetipo más clementiano.

Puesto sobre la mesa, el encuentro se inclina hacia el Madrid porque alguien tiene que pagar los platos rotos y el Espanyol pasaba por allí. Pero la arenga de Clemente y la presión que planteará en el centro del campo pueden ser de proporciones bíblicas. Eso iguala el partido. A no ser, claro, que surja Ronaldo, cada vez mejor, muy cerca de la explosión definitiva, y qué mejor lugar que Barcelona.