Apagón total
El Atlético no acudió a la cita. Se le esperaba, porque tenía una ocasión única para meterse en las semifinales de la Copa. Y la dejó pasar. Sin ideas, apático, obnubilado en el área del Recre, ni siquiera fue capaz de recurrir a la épica para tumbar a un rival ordenadito en defensa, y muy poco más. Fue un Atlético con encefalograma plano en todas sus líneas. Achuchó un poco, como por obligación, en el segundo tiempo, pero nunca dio sensación de poder resolver la eliminatoria.
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El Atlético mostró su peor cara. Ya había puesto en el partido de ida de Huelva los cimientos para esta caída, pero en el Calderón, con todo a su favor, dejó pasar los minutos entre forcejeos estériles y ataques hacia ninguna parte. La imagen del Atlético fue la de la impotencia más absoluta. Porque ni supo ni pudo. Fue una noche desdichada para los atléticos. Ayer, el apagón del equipo fue general.
Y Luis? Se sumó a los despropósitos y estuvo como el equipo: sin luces. Todo se pega. Ahora le ha dado por cambiar al Niño Torres cuando hacen falta los goles. Lo hizo frente a la Real y lo repitió ayer ante el Recre. Son cosas de la edad, claro. Cuando más te hace falta gente con chispa, con genio, capaz de resolver por sí mismo un encuentro o una eliminatoria, entonces le mandas al banquillo. Alcaraz se debió de quedar con ganas de aplaudirle.