Aquello fue amor

Aquello fue amor

Fue el mejor partido de rugby de la historia. Los All Blacks llegaban invictos a Cardiff para enfrentarse a los Barbarians en Arms Park y volver a Nueva Zelanda. Aquel equipo de Barbarians, formado principalmente por galeses, no estaba dispuesto a que los All Blacks les pasaran por encima como había sucedido en los Test Match previos a este partido. Ese día en Cardiff se vivió un momento mágico. Aquellos galeses de patillas alargadas que jugaban por diversión convirtieron ese partido en pasión. Eran hombres que representaban a los trabajadores, especialmente mineros, para los que el rugby era la expresión de su forma de ser.

En la gran jugada cada uno aportó sus cualidades en beneficio de su equipo. Unos, su técnica, otros su fuerza, otros su rapidez, otros su apoyo, pero todos emplearon su corazón. En este ensayo se reflejan los valores en los que se deben basar todos los colectivos. Los pases del balón simbolizan el esfuerzo de los trabajadores. Los jugadores, los eslabones de una cadena de transmisión. Y en la mente de todos, la obsesión por ganar. Como diría Gatti, aquéllo fue una gran obra de amor.