¿Piterman o Denoueix?

Reconozco que me da un poco de apuro escribir sobre ello pero creo que es necesario. Acaba la primera vuelta y el entrenador sorpresa de hace años en Francia, Denoueix, el mismo que hizo campeón al Nantes, sigue dando lecciones desde el banquillo. La misma jornada que proclama campeón de invierno a su equipo, aparece un fantoche disfrazado de técnico en el histórico Racing. Me gasté dos mil pelas de las de antes para no perder detalle de su show en Pamplona. De la rabia contenida al verle con un peto de periodista gráfico pasé al regocijo cuando comprobé que sus revolucionarios métodos y las consignas del hombre de paja que ponía el carnet, convertían aquello en un correcalles sin sentido.

El francés de la Real merece respeto y aplauso. El iluminado dueño que ha entrado a saco en Santander, desprecio y carcajada. Además, el primero huye de las cámaras y los micrófonos, el segundo los busca, disfruta viéndose rodeado de compañeros que alimentan más aún una leyenda tan falsa como bochornosa. Denoueix se ha ganado en pocos meses el respeto de nuestro fútbol. Piterman (he cometido el error de nombrarle) acabará siendo corrido a gorrazos por los mismos que le han reído las gracias cuando llegó como salvador. Es la cruel comparación.