A Santi Aragón sólo le gusta hablar en el terreno de juego. Probablemente, porque es el único escenario en el que se siente cómodo de verdad. En sus 10 años en el Zaragoza le ha tocado pasar por todo y jamás ha levantado la voz. Tampoco ahora, aunque su suplencia en El Molinón fuera algo inesperado. Eso sí, el futbolista malagueño confía en que la llegada de Galca no le impida seguir jugando cada domingo.

"Aquí no hay posibilidad de enfado. Estamos todos apoyando para devolver al Zaragoza a Primera. Me tocó quedarme en el banquillo y lo acepté como un profesional. El entrenador habló conmigo y me explicó que no iba a jugar. No me gusta revelar conversaciones privadas, pero es de agradecer que el míster hablara conmigo", señala el jugador.

Con Galca como indiscutible, es muy probable que, a partir de ahora, se vea a Soriano y a Aragón relevarse como segundo pivote. Incluso, se apuesta que el primero jugará fuera y el otro en casa: "No sé, pero eso es algo que tiene que decidir el entrenador. Yo poco puedo decir. Hasta ahora, he jugado en casa y fuera y estoy tranquilo. No voy a ser yo el que alimente ese debate. Todo el mundo me conoce y sabe cuál es mi estilo. Nunca he creado un problema ni me he quejado y no voy a hacerlo con 34 años. Esta temporada he participado bastante y espero seguir jugando".

Al margen de la salida de Aragón del once, el cambio más apreciable en Gijón fue claramente estructural. Está clarísimo que Galca va a jugar siempre por delante de los centrales y que el segundo pivote, sea Soriano o Aragón, va a tener que adelantarse unos metros. "Es verdad que en Gijón Soriano jugó más adelantado y que el entrenador le dio otro papel, pero vamos a ver qué pasa. Lo único que está claro es que ahora hay más opciones, pero la competencia siempre es buena", concluyó el jugador.