La noche de Reyes Magos

Ante todo, felicitarles el año. ¿Cómo han comenzado? ¿Bien? Así espero que lo estrene el equipo esta tarde en Mendizorroza, en uno de los campos que no le vienen nada bien históricamente al Espanyol. ¿Por qué? Muy sencillo. Es un estadio con dimensiones bastante reducidas, en el que los locales tienen las medidas muy bien tomadas. Los zagueros deberán ir con mucho cuidado, ya que si las cosas se le complican comenzarán a colgar pelotas y allí arriba Ilie y compañía son muy peligrosos. Pero nada. Tenemos que ser optimistas. Hasta el momento, las cosas no han funcionado muy bien, pero seguro que cambiarán.

Javier Clemente es un hombre que parece que ha comenzado a imponer su estilo en el vestuario. Me han explicado que en los entrenamientos se oyen voces, que grita y que sabe motivar a los jugadores. Eso es bueno, más teniendo en cuenta el delicado momento psicológico por el que pasa el equipo. Con las ganas del de Barakaldo, parece que la institución está más calmada. Da la impresión de que después de doblegar con sufrimiento al Valladolid, la asignatura pendiente del equipo es volver a ganar fuera de casa. Pasó más de un año de la victoria con Paco Flores en Zorrilla, y Ramon Moya lo logró en Málaga esta temporada. Por ese motivo, y ante un equipo que no está haciendo una temporada muy regular, la victoria no es algo que pueda ser imposible. Más que nada, porque el Espanyol está acostumbrado a dar una de cal y una de arena.

Mendizorroza tiene que marcar la pauta del equipo de Clemente. Si se consigue lo que todo el mundo desea, la victoria, las aguas acabarán de calmarse, mientras que si regresan de vacío los Reyes Magos no dudarán en dejar un carbón más que amargo. La verdad es que la suerte no acompañó el día en el que se sorteó el calendario, pero en la recta final de esta aciaga primera vuelta, los chicos se medirán ante equipos que merodean por la zona baja. Por ese motivo, y por el sufrido españolismo, el equipo debe centrarse en regresar con puntos en el zurrón. Tres mejor, pero uno, ya es bueno.