El ejemplo Denoueix

Hubo un tiempo, no muy lejano, donde mucho caradura se aprovechó de la candidez y la ignorancia de nuestros directivos para hacer fortuna con su pasaporte de extranjero. Técnicos con escaso currículum que venían a llevárselo, que desconocían nuestro fútbol y que además cambiaban las plantillas como el que cambia de camisa. Hubo excepciones. De esas me quedo con Cruyff por encima del resto. La moda, por fortuna, cambió y desde hace un par de temporadas, el noventa por ciento de los banquillos están ocupados con producto nacional. Mejor.

Pero estamos ante un nuevo caso de técnico que ha llegado para enseñar. Raynald Denoueix tuvo la valentía de coger a un equipo que estuvo a punto de descender. No pidió diez fichajes, apenas tres retoques, y entendió la filosofía de un equipo que nunca descuidó la cantera. Con todo eso y un gran atrevimiento, conformó un once que quiere que conozcamos de memoria. Rindió homenaje al desahogado Toshack demostrando que Nihat no era un capricho más del galés. Devolvió los galones a De Pedro. Recuperó para el fútbol a Aranzábal y Rekarte. Otorgó tranquilidad al goleador Kovacevic y, por encima de todo, dejó los focos de las cámaras para los jugadores. Apenas habla, pero trabaja. Y muy bien.