"Mi obsesión es el Trofeo Bravo"

Uno lee y ve las imágenes y no sabe si en Mallorca fueron más importantes las manos de Casillas o los goles de Ronaldo. ¿San Iker o viva Ronie?

No, no, no... No vayamos por ahí. Yo hago mi trabajo, lo mejor que puedo eso sí. Pero tampoco me gusta personalizar. Las victorias y las derrotas son siempre de un equipo y de su trabajo... El domingo ganamos 1-5 y eso es lo mejor para mí. Me encanta pasar inadvertido.

En Mallorca no fue así.

Lo dice usted.

No, qué va. Lo dijo hasta Gregorio Manzano en la rueda de Prensa.

¡Es que es mi trabajo! Como para usted lo es escribir, para mí lo es salir en un mano a mano o volar en un córner en busca de un balón. En ese sentido no creo que tenga ningún imán, lo que ocurre es que en el Madrid te llegan poco y sabes que tienes que estar bien despierto cuando esto ocurre.

¿No será mucha modestia?

No. La modestia es importante en la vida, en todos sus aspectos. Cuando le digo que estoy haciendo mi trabajo cuando realizo una gran parada es porque lo pienso así, es mi forma de ser. Yo me entreno para aprovechar cada una de las oportunidades que tengo y hasta ahora no me ha ido mal.

Al menos diga que se siente bendecido, que llegar a todo no es normal.

En absoluto, yo no me siento bendecido por nadie, de verdad. Trabajo, trabajo y trabajo...

Algo de intuición habrá. Eso no se entrena en ningún lado.

Está claro que algo de eso hay...

¿También me va a negar que estamos ante el mejor Casillas de nunca?

Es que no lo sé si es o no mi mejor momento. Lo que sí es cierto es que tengo la cabeza más despejada, como más liberada.

¿Cuénteme eso?

Mire. A la gente de la calle, a los aficionados, y hasta a uno mismo, le parece que llegar hasta aquí es muy fácil, que te encuentras liberado de todo. Cuando yo subí del filial y comencé a jugar partidos tenía verdadero miedo en caerme, en decir aquello de hola y adiós. Me preocupaba.

¿El fracaso?

Tampoco es eso, es otra sensación diferente. Es difícil, muy difícil, asimilar que eres jugador de la primera plantilla del Real Madrid. Cuando yo empecé a entrenarme con el primer equipo sólo pensaba en otros jugadores de la cantera que un día salieron en los periódicos a todo trapo, con calificativos y adjetivos que los ponían por las nubes, y, de repente, se esfumaron, desaparecieron. Yo he vivido dos años así, pensando que eso me podía pasar. Era mi temor, mi gran temor.

Todo ha pasado, me imagino.

Sí. Ahora, personalmente me encuentro en mi mejor momento. Vivo con alegría, con menos presión personal conmigo mismo. Eso beneficia, incluso puede que se haya reflejado en mi trabajo y en los partidos tenga más confianza. Me siento orgulloso de lo que he hecho. Por lo menos puedo decir que valgo para esto, ¿no?

Lo dice usted.

(risas). Je, je...

Son ya dos Copas de Europa, una Intercontinental, una Liga...

Lo sé. Y un Trofeo Bravo.

Por ahí quiero ir.

La verdad es uno lo valora cuando ve a toda la gente que se lo han dado. Maldini, el Buitre, Van Basten, Guardiola... Son todos grandes jugadores, y quizá en un principio uno no lo siente como debiera. Luego, cuando uno observa que no se lo han dado un año, da rabia y piensas en otro sentido.

Este año sí, le dan como favorito.

Bueno, estamos ahí. Lo que sí le puedo decir que ganar el Bravo es, en cierta parte, una obsesión para mí parecida a la que puede tener Ronaldo, Zidane, Raúl, Figo, Roberto Carlos o cualquier otro gran jugador en conseguir el Balón de Oro. Recuerde que sólo ha habido otro portero en la historia que lo ha conseguido, el italiano Buffon.

¡Ay si se lo llegan a dar a Kahn! El Balón de Oro digo.

Tampoco hubiera estado mal. Sería un reconocimiento para todos los porteros. Por lo menos parece que se va a quedar en el Madrid.

Oiga, que usted está nominado.

Si quedo entre los 20 primeros será ya mucho.

Modesto.

No, yo soy portero.