España, séptima potencia mundial

El año que está a punto de acabar ha supuesto una clara mejoría para el deporte español. Según el ránking mundial elaborado por el Consejo Superior de Deportes, España aparece en séptimo lugar, empatada con Gran Bretaña. Excepto las grandes potencias de siempre —Alemania, Rusia, Estados Unidos, China y Australia, aún bajo los efectos de los Juegos de Sydney— tan sólo nuestra vecina Francia nos supera.

Si hace unos días hacíamos un repaso de los 36 títulos mundiales que ha cosechado España en todos los deportes, ahora nos centramos en los resultados del deporte olímpico en los campeonatos del mundo celebrados en 2002. La explosión de optimismo llegó sobre todo con los tres oros conquistados por Mónica y Sandra Azón (clase Yngling, vela), Iván Raña (triatlón) y Elena Gómez (gimnasia artística). La hípica ha sido otro de los deportes que ha reivindicado su mejoría. En los Juegos celebrados en Jerez, la doma clásica, liderada por Beatriz Ferrer-Salat, trajo dos medallas: la plata en individuales y el bronce en equipos.

Pero si hay un deporte que sigue siendo rentable, ése es el ciclismo. De los 208 puntos sumados por España, nada menos que 45 los ha aportado este deporte, con la plata de José Antonio Villanueva en Keirin (pista) y los bronces, ambos en ruta, de Igor González de Galdeano en contrarreloj y de Joane Somarriba en la prueba en línea. Dos cuartos, un quinto y un sexto completan el palmarés español en ciclismo. La vela sigue siendo nuestro fuerte, con un total de 36 puntos sumados, mientras que el tenis ha sido otro deporte donde los nuestros han figurado en lo más alto. Carlos Moyá, Juan Carlos Ferrero y Albert Costa se coronaron en Shanghai como segundo, tercero y quinto del mundo, respectivamente.