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Intercontinental | Real Madrid 2 - Olimpia 0

Maldita calidad

El meollo de la cuestión sería que, al menos, el Olimpia contase con la calidad del Betis o la Real Sociedad. Porque sólo así hubiera tenido alguna posibilidad el Olimpia de Pumpido ante el Real Madrid, "versión gran lujo" y con todos los extras.

Maldita calidad

Peor sin cochinillo

Pumpido fijó sus marcas con el mismo rigor que ordenaba a sus defensas en la albiceleste argentina de Bilardo. Así que Figo siempre tuvo que pensar en la hosca dureza de Jara y no en cochinillos sensiblemente más sabrosos, como los del Camp Nou. Con Jara, sin cochinillo y con menos motivación, a uno se le aparecía por momentos un relámpago rubio y verdiblanco con muchísima audacia: Joaquín. En la segunda parte, cuando el Olimpia abrió huecos y líneas y Jara se cansó, la sombra de Figo recuperó blancura y agrandó las contras del Real Madrid. De todas formas, la comparación con Joaquín empieza a ser perniciosa... para el portugués.

Roberto Express

Quítense sin más demora cuando Roberto Carlos enfila el pasillo de la banda izquierda. Isasi aún debe estar mareado de verlo pasar por su lado como un tren expreso. Roberto causó un destrozo por el costado derecho del Olimpia, pero a tantas revoluciones se piensa un poco peor: las faltas al borde del área, en la media luna, deberían ser un regalo para este Madrid, no acabar en un torpe balonazo a la barrera. A tantas revoluciones y con tantísima velocidad, las neuronas, los laterales contrarios y los repliegues propios corren riesgo de descarrilamiento. Roberto Carlos puede jugar sensiblemente mejor. Pensando en jugar al fútbol, evidentemente, y no en batir el récord de Brasil de los 105 metros en banda.

Hombre de Iglesia

Zinedine Zidane está mutando, sospechosamente y para gusto de su presidente, en el replicante de un hombre de iglesia: su tonsura de coronilla se amplifica por días, como su gesto pacífico, pastoral. Lo malo de esto es que cada día que pasa da menos ruido en el campo, de tan venerable e introvertido. Cualquier día lo vemos con sotana y casulla en El Escorial. En la media del Madrid de ayer, con Makelele bajo mínimos, no se necesitaban buenos pastores, sino curas revolucionarios, con ideas subversivas bajo el bonete. Cuando el Olimpia se desplegó en busca del empate, en su centro del campo se abrieron cuadernas tan grandes como para dejar paso a una marea blanca... o a un discurso ardiente en busca de la puntilla del partido. Pero Zizou iba tan calladito... que lo cambiaron en cuanto se pudo. No tuvo en el juego la incidencia de sus grandes días.

Ro-Ro

Otra mutación acelerada, la de Ronaldo: cómo convertirse en Romario con 30 centímetros más y 12 años menos. Pero es que Ronaldo va asimilando más y más el papel del Baixinho. Altinho: se mueve y trabaja tan poco como Romario, y quiere el balón por delante con todas las ventajas. Así, claro, cuando la atrapa es medio gol. De vez en cuando, gol entero.

El partido de Ronaldo fue, en su esencia, como todos los otros que viene jugando hasta ahora: irrupciones para sentenciar con la munición de su calidad, y alejamientos larguísimos del balón, donde se deciden los partidos. Pero con las enormes brechas de la defensa del Olimpia. Dio a Makelele un gol hecho que el francés, sin tobillo, tiró por la borda. Parece más delgado (no cinco kilos, desde luego), pero la salida explosiva aún no se ve por parte alguna. Se quiera o no, marcó el gol de oro, el que decidió el rumbo del partido. Vino, en efecto, para partidos, títulos y goles como éste de Tokio... que después duplicó Guti sin demasiado esfuerzo y sin apenas tiempo de juego. Vale: maldita calidad, pero...

El doble de Raúl

A veces, el Madrid juega con medio Ronaldo. pero siempre lo hace con dos Raúles. Este chico debe tener un doble: de lo contrario, ¿cómo explicar que siempre resuelva adecuadamente la teoría de la impenetrabilidad de los espacios y de la adecuación entre el tiempo y ese mismo espacio...? Hay una clave por ahí que se nos está escapando a todos: parece ser que Mamen, la señora de Raúl, se ha hecho de las mejores amigas que tiene Milene Domingues, Ronaldinha. Por ahí podría llegar una inyección de sangre caliente y competitividad, que, en estos momentos, vale su peso en oro. Cuando Ronaldo se quedaba descolgado en la punta del ataque y el Olimpia intentaba arreglar el partido por presión y garra, Raúl defendía junto a los centrales... del Real Madrid. Cuando el balón aparecía en la zona franca de Tavarelli, allí detrás, en su estela, volaba el instinto asesino de Raúl. Junto a Casillas, Raúl es el héroe silencioso de esta Copa Intercontinental. Lo dicho: maldita calidad...