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2ª Copa Intercontinental | Real Madrid 2 - Vasco da Gama 1

Hace cuatro años y en el equipo sólo quedan tres

El gol del ‘aguanís’ de Raúl ante el Vasco otorgó el segundo título 38 años después.

Víctor Charneco
<b>ARCHIFAMOSO</B>. El reconocido y repetido gol del ‘aguanís’ de Raúl sirvió para que el Real Madrid se hiciera con su segunda Intercontinental.

Treinta y dos años después, Mijatovic devolvió la Copa de Europa al Madrid y le dio, con ello, un pasaporte para pelear por la Intercontinental. Y treinta y ocho años más tarde, Raúl aprovechó esa invitación para lograr la segunda Intercontinental de la historia del Madrid y, con ello, consagrarse. Su gol del aguanís ante el Vasco da Gama confirmó que el proyecto de gran jugador ya era una realidad de carácter mundial.

El Real Madrid llegó a la cita de Tokio (1 de diciembre del 98) con muchas dudas. Irregulares en la Liga, los de Hiddink necesitaban el título para revitalizar su situación. Enfrente, el Vasco de Gama del ex policía Antonio López, un equipo de juego más europeo que suramericano, con buena disposición defensiva, mucho trabajo y demasiados balones largos. La victoria madridista les dejó como campeones del mundo y salvó la temporada de un equipo que no obtuvo ningún título más en esa campaña.

El marcador del partido lo abrió un gol en propia puerta del centrocampista Naza tras un centro desde la izquierda del brasileño Roberto Carlos. La final, sin embargo, se vio empatada en el minuto 57, cuando Juninho se hizo con un rechace de Illgner y lanzó un disparo que se coló por la escuadra de la portería madridista. Vuelta al comienzo y aparición de los viejas inseguridades del equipo blanco.

El escenario, entonces, fue el ideal para que Raúl diera su salto a la élite. En el minuto 83 recibió un pase de Seedorf, recortó a Vitor, amagó ante Odvan y batió a Germano. Aguanís, gol, título y designación como mejor jugador de la final, aunque por el camino, Fernando Sanz tuviera que sacar un balón bajo palos.