Intercontinental | Real Madrid - Olimpia
La violencia llevó la Copa a Tokio
La Intercontinental se disputa a partido único y en Japón desde 1980. La oferta de la marca Toyota Motor salvó una competición que corría peligro.
El éxito de la Copa de Europa fue el motivo que provocó el nacimiento de la Copa Libertadores en Suramérica. La idea fue puesta sobre la mesa en el Congreso de la Confederación Sudamericana (CONMEBOL) que tuvo lugar en Río de Janeiro en 1958. El 5 de marzo de 1959 en el Congreso de Buenos Aires se pusieron los fundamentos de la nueva competición y el 15 de febrero de 1960 se aprobaron en Montevideo las bases del torneo que daría el primer campeón suramericano de clubes de fútbol.
El Real Madrid había ganado hasta entonces todos los torneos europeos que se habían disputado y Peñarol fue el primer triunfador del Campeonato sudamericano. Se estableció un nuevo torneo enfrentando a los campeones de los dos continentes. Se presentó al público como el campeonato mundial de clubes pero la FIFA se opuso a tal denominación por estimar que sólo participaban equipos de dos continentes, aunque fuesen los que albergaban al fútbol de mayor nivel. Por eso se oficializó el nombre de Intercontinental o Copa Europea-Sudamericana.
En sus primeras ediciones se celebraban dos encuentros entre ambos campeones, pero sin tener en cuenta la diferencia de goles. El campeón de la Intercontinental debería conseguir por lo menos una victoria y un empate para lograr el título. Si no, se celebraría un tercer encuentro de desempate.
El Real Madrid, quíntuple campeón europeo, fue el primer vencedor al empatar en Montevideo y triunfar en el Bernabéu sobre el Peñarol, en una tarde-noche de fútbol extraordinario de todo el equipo y eficacia goleadora de Ferenc Puskas.
Después, Peñarol y Santos dominaron a los equipos europeos hasta que el Inter de Helenio Herrera y Luis Suárez impuso su juego resultadista. La aparición de los equipos argentinos provocó un nuevo estilo de juego en la doble final. Independiente, Racing y Estudiantes de la Plata impusieron todo tipo de argucias extradeportivas para obtener el triunfo. Los equipos europeos consideraron peligrosa su participación y buscaron las excusas pertinentes para no acudir a la cita anual con el campeón suramericano. Ajax, Bayern y Liverpool fueron los primeros desafectos y renunciaron a la disputa del título. En algunos casos fueron sustituidos por el subcampeón de Europa, como el Atlético de Madrid, que se proclamó campeón ante el Independiente en la edición de 1974, disputada el año siguiente.
Cuando parecía inminente la desaparición del Torneo surgió una oferta japonesa. La marca Toyota Motor Corporation ofreció que el duelo se celebrase a partido único en Japón. La primera edición bajo la nueva modalidad se disputó en 1980 teniendo como oponentes al Nottingham Forest y al Nacional de Montevideo. La Conmebol y la UEFA avalaron el nuevo sistema. Desde entonces, a finales de año, los campeones europeo y suramericano viajan a Tokio para dilucidar la supremacía mundial de los clubes futbolísticos.
El exotismo del lejano país y su moderna afición a este juego confiere al evento un escenario único y la expectación adquiere carácter mundial. Su repercusión es enorme y la trascendencia del choque llega a todo el planeta futbolístico, aunque en Europa se le dé, injustamente, menos relieve del que posee.
Hoy el Real Madrid tiene la posibilidad de incluir su nombre en el grupo de los cuatro clubes europeos que en el mismo año han logrado enlazar las conquistas de Copa de Europa, Supercopa europea y Torneo Intercontinental. El Ajax lo logró en 1972 y 1995. El Oporto en 1987. Los italianos del Milan en 1989 y 1990 y de la Juventus en 1996. Sería un magnífico broche para cerrar el Centenario del Real Madrid Club de Fútbol.