Ronaldo vuelve al lugar del crimen

Primera | Real Madrid

Ronaldo vuelve al lugar del crimen

Ronaldo vuelve al lugar del crimen

El crack se proclamó campeón del mundo en Yokohama, en el mismo campo donde se jugará la Intercontinental. Allí confirmó su regreso a la cima del fútbol.

Es fácil que cuando los japoneses vean a Ronaldo con la bufanda se la pongan todos, incluso que estornuden, como si aquello fuera la última extravagancia del ídolo. Durante el Mundial, no contentos con su camiseta, hubo quienes se pusieron también sus dientes de conejo y su extraño peinado en forma de islote peludo, eso es amor.

Japón se entrega a Ronaldo de la misma forma que Ronaldo se entrega en Japón (le vale Asia, en general), donde se proclamó campeón del mundo, concretamente en Yokohama, en el mismo campo en el que se disputará la Copa Intercontinental el próximo martes (11:15, hora española).

Para un pueblo tan mimético como el japonés (el asiático en general), Ronaldo tiene una ventaja fundamental: es fácil de imitar. Y además sonríe, algo que le hace muy parecido al común de los japoneses, tipos encantadores por otro lado. Los ocho goles en el Mundial hicieron el resto, dieron sentido a la fama que le precedía y es probable que le convirtieran en mito eterno.

Y Ronaldo, que maneja el marketing como la cola de vaca (últimamente se las come estofadas), se encarga de refrescar su prestigio en las giras asiáticas de su selección. En el último viaje, en Corea, anotó dos goles y aquello desató la locura colectiva y el grito unánime: "¡Lonaldo, Lonaldo!".

Japoneses y variantes desconocen los quebraderos de cabeza que causa el ídolo entre el madridismo (ni les importa), ignoran sus michelines, qué es un michelín en el país del sumo. Sólo le juzgan por lo que ven y por lo que vieron, por su Mundial, por los goles de la tele y por las sonrisas que parecen contestar a las suyas. Por eso llenan aeropuertos y entrenamientos y por eso llenarán el estadio.

Y por eso es tan importante para el Real Madrid ganar esta Copa, además de por el prestigio y el Toyota, para que Florentino les plante una camiseta a todos los japoneses que en el mundo son y por él se desparraman, que ser universal es abrir tiendas en el universo.

Ronaldo regresa al lugar del crimen, ya dicen que los asesinos siempre repiten. Y aunque los japoneses no lo saben, lo hace con su honor futbolístico en entredicho, sin terminar de arrancar; su último gol fue en Vallecas, que es el oriente de Madrid.

Si en la Intercontinental vuelven los avioncitos ya sabremos dónde curar sus melancolías, aunque resulte caro el viaje. Si no hay gol bastará una casa en Vallecas.