No se puede pedir más. El Zaragoza acabó con la racha de imbatibilidad del Terrassa y, de paso, se colocó en el segundo puesto de la tabla. La derrota del Xerez en Ferrol y el empate entre Levante y Albacete permite a los aragoneses colocarse, por primera vez en toda la temporada, en una plaza de ascenso a Primera. Y es que su remontada en los dos últimos meses ha sido más que notable: seis victorias y dos empates.

El Zaragoza fue ayer el de siempre. Un equipo práctico que sabe rentabilizar como nadie sus goles. La Romareda volvió a aburrirse, pero a Flores no parecen importarle las concesiones a la galería. En cuanto vio que los suyos aflojaban en el centro en la segunda parte y el Terrassa amenazaba su ventaja, no tuvo ningún problema en prescindir de Juanele y Aragón para hacer un bloque todavía más compacto.

En la primera parte se vio el poco fútbol que hubo en toda la tarde. A ello contribuyó la decidida salida de los catalanes, que se pusieron a mirar la portería de Láinez sin complejos. En el minuto 8, y en una doble acción, el meta local se vio obligado a despejar dos remates envenenados de Keko. Fue una seria amenaza que provocó las primeras dudas aragonesas.

Sin embargo, antes de la media hora, Paco solucionaría el partido con un remate de cabeza. El gol tranquilizó a su equipo, que durante el resto del partido se dedicó a guardar su ventaja.