Chusovitina compite por la salud de su hijo

Los Mundiales de aparatos posiblemente ayuden a encumbrar a alguna nueva figuras emergente en el firmamento inrternacional, pero quien en este momento polariza los comentarios en estos mundiales es la uzbeca Oksana Chusovitina, singular por muchas razones, como por ser la más veterana de las inscritas y la única casada y madre de cuantas compiten.

Oksana saldrá presionada por la necesidad de conseguir unos ingresos que le ayuden a resolver su drama familiar: su hijo Alisher, que cumplió el lunes tres años, está ingresado en un hospital alemán donde han iniciado el tratamiento de quimioterapia contra la leucemia infantil que padece.

Chusovitina, de 27 años, campeona olímpica y mundial, se enteró de la grave enfermedad de su hijo en Corea del Sur, cuando intervenía con su marido (olímpico en lucha grecorromana) en los Juegos Asiáticos en Pusan. Su reacción fue radical: establecerse en Colonia, donde se había entrenado en el pasado, para internar a su pequeño en el Hospital Universitari.

Desde Colonia le resulta más sencillo acudir a los torneos internacionales de la Copa del Mundo, en los que se obtienen premios en metálico, y donde su marido se ocupa de Alisher.

Colecta en la gimnasia mundial

El tratamiento del hijo de Chusovitina cuesta 130.000 euros, y aunque ella se desdobla interviendo en los grandes premios internacionales (en París y en Glasgow), con los premios no le llega. De ahí que el movimiento gimnástico internacional haya iniciado una campaña de solidaridad con esta campeona. La sección de gimnasia del Bayern Múnich contribuyó esta semana con 500 euros, y le están llegando aportaciones de todo el mundo a una cuenta abierta por una agencia alemana de gimnasia.