Quijotes en Shanghai

Quijotes en Shanghai

Me siento rastrero cual lombriz por haber sugerido siquiera el apaño, pero como nos gane Hewitt en la final somos candidatos al premio "Y yo con mi guitarra como un gilipó". La cuestión es que Moyá juega bien sin querer, lo que le planteó un problema irresoluble: cuanto menos quería, más jugaba. Ante este panorama, Costa terminó por derrumbarse, víctima de la lumbalgia y el abandono. Hoy se medirán en semifinales el propio Moyá y el emergente Ferrero, y lo harán en cruel horario de madrugada (a las ocho, tres de la tarde en Shanghai), lo que demuestra que no somos nadie ante el imperio chino.

Ala hora de hablar de favoritos se nos vuelve a plantear un arcano. En la final, ya fuera contra Hewitt (el indultado) o ante Federer (el tapado destapado), Moyá tendría más posibilidades que Ferrero, que sin embargo tiene más opciones ante Moyá. Difícil saber a qué santo invocar, pero ante la duda habrá que inclinarse por Federer, futuro ganador de Wimbledon (con ustedes, Aramis Fuster). Todo antes que vernos con Hewitt, muy capaz de ser campeón y decirnos que él sí se hubiera dejado ganar, lo que nos obligaría, lógicamente, a estamparle la Copa a modo de casco o boina.