Mi portero favorito

Tiene una imagen salida de mayo del 68. Este Mono Burgos hubiera dado la talla junto a la hordas estudiantiles de Danny el Rojo levantando adoquines en el barrio latino de París. Un tipo contracultural, que no podía ser de los Beatles sino de los Rolling. El suyo es Mike Jagger y no John Lennon. Lógico. Esa elección cuadra con un personaje antisistema decorado con tatuajes para provocarnos. A este Mono de melena pasada de moda, guardameta de oficio, le gusta vivir en el alambre, regatear en el área pequeña y escuchar gritos de alarma en los graderíos. Para eso hay que saber mantener la calma cuando todos están al borde del ataque de nervios. Es un fenómeno en el uno contra uno, porque siempre aguantará una décima más que el delantero antes de lanzarse.

Es el portero ideal para el Atlético, el club que ha hecho una filosofía del sufrimiento. A los 29 ha encontrado su casa en el Calderón. Se identifica tanto con este club que le eligieron en el anuncio para salir de la alcantarilla de Segunda: "Ya estamos aquí". Para mí es un genio bajo los palos, un espectáculo en sí mismo, mi portero favorito. El Mono y el Atlético estaban condenados a encontrarse. Son tal para cual. Yo le haría un contrato vitalicio. Y cuando le fallen los reflejos, siempre podrá amenizar los descansos con su banda de rock.