Tenis | Paris-Bercy
Obra maestra de Moyá ante Andre Agassi
El mallorquín logró la clasificación matemática para Shangai tras doblegar al estadounidense.
Da penita comparar físicamente a Lleyton Hewitt con la abrumadora mayoría de figuras del circuito masculino de tenis. El pequeño demonio australiano apenas rebasa los 175 centímetros de altura y no alcanza los 70 kilos de peso. Carece de picos y valles en su juego, porque no tiene la pegada, el punch ganador que desarrollan ciertos golpes de Sampras, Agassi o... Federer. Pues Hewitt plastificó ayer al gigante Federer y se consolida como número uno tras el descalabro de Agassi. ¿Cómo es posible...?
Hewitt es un tío muy curioso, muy australiano: cuando no juega a tenis, está en su casa de Adelaida, hecho un gorila con el equipo local de fútbol australiano. Por allí pasa ocasionalmente su novia, Kim Clijsters. Luego... arrasa . Por corazón de león, de Lleyton. "No sabemos de dónde le viene esa energía, dice su padre. La fuerza mental de Hewitt, rabia de ganador en estado puro y crudo, es lo que le ha dado Wimbledon, los triunfos más sonados de su carrera y el primer puesto del ránking. Ese mismo estado de vigor que ahora, de súbito, parece haber asaltado a Moyá, en la curva alta de la ciclotimia, y que abandona a Srichaphan mucho menos que la camiseta roja thai. Si fuese boxeo, tal vez (tal vez...), Federer hubiese tumbado a Hewitt. Pero era tenis, y...