"El fútbol me da una segunda oportunidad"

Entrevista Antoñito

"El fútbol me da una segunda oportunidad"

"El fútbol me da una segunda oportunidad"

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Hace tres años estaba perdido por los campos de albero de Preferente. Su indolencia le había llevado a tirar por la borda unas cualidades extraordinarias. Sin embargo, Manolo Jiménez lo vio jugar en el Marchena y lo repescó. Para ello el Sevilla tuvo que pagar 500.000 pesetas a Los Palacios.

¿Habrá pasado una buena noche?

Imagínese. Ni en sueños podía pensar que esto iba a llegar algún día. Marqué mis dos goles con el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, la afición coreó mi nombre, el equipo ganó... ¿qué más puedo pedir?

Quizá, todo esto hubiera llegado mucho antes.

Sí, es posible. La vida me ha dado muchas vueltas. Ahora estoy jugando en Primera División, pero hace poco lo hacía en Alcosa, el Ibarburu, San Pablo y Marchena. Es como si el fútbol me hubiese dado una segunda oportunidad.

¿Llegó a pensar alguna vez que jamás llegaría a ser profesional?

(Medita seriamente) Cuando estaba jugando en el Marchena, sí. Incluso, por aquella época, ya empezaba a trabajar como ayudante de un amigo decorador de hoteles. Parecía que me tendría que ganar la vida de otra forma, pero todo ha dado un giro radical.

Dicen que usted ha sido el único culpable de no haber explotado antes.

Estoy de acuerdo. Siempre he jugado al fútbol por divertirme, nunca me lo llegué a tomar en serio. Los años fueron pasando y las oportunidades se iban.

¿Hasta que apareció Jiménez?

Apostó por mí cuando estaba olvidado. Sabía que me estaba dando mi última oportunidad y empecé a trabajar muy en serio. Si él no me llama, ahora estaría trabajando en otra cosa. Pero también le estoy muy agradecido a Lucas Alcaraz y Joaquín Caparrós que me han enseñado mucho estos últimos dos años.

¿Y ahora...?

Sólo mirar hacia adelante. Lo que sucedió el domingo fue muy importante para mí, pero ya debe ser historia. Tengo que seguir trabajando para que no se convierta en un espejismo. Afortunadamente, los compañeros me están ayudando. Me dicen que mantenga los pies en el suelo, que aún no he hecho nada.

Sólo puedo desearle que llegue a ser el buque insignia algún día.

Paso a paso. También habrá malos momentos y tendré que saber superarlos.