NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

En libertad vigilada

Actualizado a

Paz para las cámaras. Los veteranos se encargaron de ponerle la insignia de oro y brillantes a Jesús Gil, y de paso le hicieron que se fotografiase estrechando la mano de Futre. Fue un paripé. Lo que sea sonará en su momento, que estos no son tiempos de ruptura, porque acaba de reanudarse el caso Atlético y eso son palabras mayores. Gil se dio un baño rojiblanco junto a los viejos ídolos del club: de Luis a Gárate, pasando por Adelardo, Rivilla, Miguel San Román y el mismísimo Futre. Estuvo en su salsa, dicharachero, distendido y simpático, un Gil en estado puro, con recaditos para la prepotencia de los cracks madridistas —"Ni Luis ni yo los queremos con frac"—. Hasta pidió que le entierren con la bandera rojiblanca. Gil siempre ha sido muy cuidadoso con las cosas del más allá, y tiene su panteón listo y en estado de revista.

Así que Gil fue un rato feliz rodeado de los suyos. Un acto para olvidarse de los problemas judiciales que le agobian. El club vive como en libertad vigilada. El futuro de este Atlético sólo podrá empezar a escribirse cuando dictaminen los jueces. Hasta que ese día llegue, nadie va a mover los muebles en el club. Es algo así como una paz judicial. Por eso ahora es mejor salir todos sonrientes en la foto. Para llorar, siempre habrá tiempo.