Motociclismo | GP de Australia

Adiós a los títulos de Fonsi y Pedrosa

Melandri ganó por 7 milésimas y ya es el campeón de 250 más joven de la historia. Vincent y Poggiali pelearán en Cheste por el de 125.

<b>EXCESO DE CONFIANZA</B>. Fonsi se confió y dejó que Melandri lograra su octava victoria del año.
Mela Chércoles
Mela Chércoles nació en Madrid en 1975 y accedió a AS en 1996. Es enviado especial a los GGPP de Motociclismo desde 1999. Colaborador de la SER. Licenciado en Periodismo por el CEES, en la actualidad UEM. También ha cubierto el Dakar en 2004, la información del Real Madrid y la Selección Española de fútbol.
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Se acabó lo que se daba. Fonsi Nieto y Dani Pedrosa dijeron ayer matemáticamente adiós a los títulos de 250 y 125cc en el GP de Australia. Snif, snif. Lo de Pedrosín era algo ya asumido y su quinto de Phillip Island (Pablo Nieto fue tercero) certificó que serán Vincent y Poggiali, separados ahora por ocho puntos, los que pelearán por el título en Cheste. Pero lo de Fonsi... lo de Fonsi duele más porque no remató una carrera en la que era superior y Melandri le arrebató una victoria que nos habría hecho soñar con el milagro de la remontada dos semanas más.

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Desde la barrera, se vio a un Fonsi capacitado para escaparse en solitario que, sin embargo, escogió jugar a la ruleta rusa con Macio y eso le llevó al suicidio por un exceso de confianza. El madrileño tenía a raya al italiano a dos vueltas del final, tanto que éste se llevó un par de sustos por seguir su fuerte ritmo, pero, inexplicablemente, Fonsi cortó gas y se dejó adelantar. En la última vuelta, ambos se pasaron dos veces y fue Melandri el que cruzó la línea de meta primero por tan sólo siete milésimas de segundo (0,007). Fue la segunda llegada más apretada de la historia de la cilindrada, sólo superada cuando Roth ganó a Shimizu en Brno 89 por 0,001.

Al final, nadie tiró a Melandri, como él se temía, y el italiano se convirtió en el campeón del mundo más joven de 250cc al hacerlo con 20 años y 74 días. Elías hubiera ayudado a impedirlo de no ser por las secuelas de su caída del sábado a 240 por hora, que le dejaron quinto.

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