Agassi se quedó sin probar la pata negra

Agassi es un hombre de ideas fijas. Dijo que venía a Madrid a ganar el Masters, y lo ganó. Se empeñó en no probar la comida española, y no la probó. Eso sí, llegó a repetir hasta tres veces seguidas (de miércoles a viernes) en el restaurante Bice, un italiano perteneciente a una cadena internacional y al que suelen acudir Zidane o Raúl. El precio medio por cubierto es de 35 euros. Durante el Masters fue muy frecuentado por los tenistas del torneo.

"Venía sobre las ocho, y excepto el primer día que reservó a través del Ritz, el resto vino sin avisar. Debe ser un fan nuestro porque Giorgio, el jefe de cocina, ya le había visto antes en nuestro establecimiento de Montecarlo. Comió arroz y pasta y hubo un plato que repitió los tres días, Penne a la rabiatta (una pasta con salsa picante). Sólo bebió agua italiana con gas, San Peregrino para más señas", aseguró el chef.

Su última cena, la que debía surtirle de energía suficiente para ganar a Novak en la final que nunca se celebró, fue en el tailandés Thai Garden.

Andre ya lo conocía. Había estado el domingo (el lunes cenó en otro italiano y el martes en un mexicano). Llegó con Cahill, su entrenador, a las 20:45 horas y se fue a las 22:30. Cenó bastante, sobre todo alimentos ricos en hidratos de carbono, en concreto arroz. Ese parece ser su secreto dietético. Rollitos, colas de langostino envueltas en pasta de arroz, pollo de dos formas: al curri y marinado, y arroz salteado a la tailandesa fue lo que pidieron.

El misterioso Sr. García

Nada de alcohol, ni postre, ni café, ni licores. La cena de los dos costó 70 euros. Según Álvaro, responsable del restaurante, la reserva la hizo, como la vez anterior, un varón de apellido García. "Cuando vi ayer la reserva del citado señor a esa hora supe que era él", confesó Álvaro. Andre García Agassi se españolizó estos días en todo... menos en sus gustos culinarios.