Roberto Carlos y Flavio vieron caer a Kuerten

Se esperaba ayer con entusiasmo la llegada de Ronaldo, pero en su lugar aparecieron Roberto Carlos y Flavio. Brasileños y estrellas también del Real Madrid, al fin y al cabo. Pero no desesperen los aficionados madridistas porque se espera que hoy acuda Ronaldo a echarle un pulso en la pista central a otra superestrella: el americano Andre Agassi, que juega a las cinco.

Ambos futbolistas llegaron pasadas las dos de la tarde y con el tiempo justo para tomar un tentempié y salir corriendo a la central, donde a las tres jugaba su compatriota Gustavo Kuerten. Roberto Carlos llegó acompañado por su mujer Alessandra y el director de Comunicación del Real Madrid, Joaquín Maroto y su novia. "Vengo a ver a Kuerten. Le admiro mucho. Además, Guga en Brasil es un auténtico símbolo del país", dijo el lateral zurdo.

Tras firmar numerosos autógrafos, Roberto Carlos por fin llegó al Restaurante VIPS. Pero cuál fue su sorpresa cuando al entrar al lujosísimo recinto le denegaron la entrada... Todo por no llevar la dichosa pulserita que hay que canjear en la entrada de abajo. Las reglas son las reglas y de ello no se libró ni el mismísimo Roberto Carlos. Menos mal que Manolo Santana, director del torneo, solucionó raudo y veloz el entuerto. Una vez dentro se sentaron en una mesa de la zona de Australia. Pero, curiosamente, no comieron comida australiana. Cuatro platos de sushi (pescado crudo japonés), unas tapitas españolas y una hamburguesa, sí una hamburguesa, fue todo lo que comieron, aunque Roberto no probó bocado. Sólo se bebió tres cañas.

Los dos vieron la derrota de Guga, al que saludaron en el vestuario, y luego el partido de Moyá. Seguro que si Roberto Carlos llega a saber que iba a durar más de cuatro horas, se hubiera pensado mejor lo de comer algo, aunque fuera pescado crudo, por cierto, plato muy de moda entre la gente glamourosa del torneo.