Un recorrido absurdo

Ganó el principal favorito, que fue además el justo vencedor. Incluso el podio estaba cantado. Sólo faltó Freire, que no pudo meterse en la pelea. Nos quedamos sin saber qué hubiera podido hacer. Pero, en un sprint tan favorable y tan limpio, creo que Óscar incluso habría tenido opción de ganar a Cipollini. Lástima, pues él mismo me aseguró que nunca había llegado a un Mundial tan en forma. Y además no había gastado nada. A la última recta habría llegado con las fuerzas intactas. Pero estos accidentes forman parte del ciclismo, como las caídas. Aunque a Cipollini era más difícil que le pasara, pues llevaba siete corredores arropándole. Es la primera vez que Italia ha hecho un trabajo serio para un solo hombre. Y además contó con la descarada ayuda de Polonia.

Lo que sí era totalmente previsible es que la carrera acabaría al sprint. Era un recorrido absurdo para un Mundial. Sólo tenían opción los cuatro más rápidos; los demás, de comparsas, sólo a trabajar. Un Mundial debe dar opción a casi todos los participantes y ofrecer espectáculo. Esta vez la UCI se ha guiado por intereses económicos, y no deportivos. Y ahora hay hay que pensar en Canadá. Allí, con un recorrido selectivo, sí puede caer el tercer título de Freire. Éste era para los italianos.