Su guiñol en Canal Plus Francia indica un nivel de popularidad como ningún otro técnico en el país, y las cifras no engañan. Estamos hablando de Guy Roux, quien el 14 de septiembre batió el récord de 782 partidos (a día de hoy lleva 785) como técnico en Primera División que poseía Kader Firoud. El entrenador del Auxerre es, además, a sus 63 años, el técnico más veterano de la Liga francesa.

Hombre de mucho trabajo, sencillo, enamorado del fútbol, causa admiración su forma de convertir al Auxerre en una potencia del fútbol francés con paciencia, sabiduría y trabajo de cantera. Desde Joel Bats hasta Jean Marc Ferreri o Eric Cantona le reprochan haber sido tratados como niños, por una omnipresencia excesiva en todo lo que rodea al equipo. Eso define bien a Guy Roux.

No extraña que el récord le llegue con el Auxerre en la Liga de Campeones, y tampoco que fuese operado de corazón en noviembre del 2001, ya con 761 partidos a cuestas. Mucho hay que contar de Roux, pero antes de nada un ejemplo. En 1986 y en plena etapa de explosión de la selección francesa campeona de Europa dos años antes y semifinalista del Mundial, Roux ya fue elegido entrenador del año con su modesto Auxerre. Porque allí lleva desde 1951, cuando entró como delantero centro del equipo infantil. Y desde 1980 como técnico del equipo en Primera.

Hubo sólo un parón hace dos años por sus problemas de corazón y un suculento contrato con la TF1 francesa, pero no tardó en volver. Siempre se mantuvo en el Auxerre, y 22 años como técnico del primer equipo a salvo de ceses, caprichos del presidente y malas rachas de resultados. Un caso único, no cabe duda. Dejó de jugar al fútbol en 1960, firmó como técnico del Auxerre en 1961 y se pasó dos años de aprendizaje en el centro de instrucción de Treves. Por allí pasaron Weisweiler y Michels, y de ellos aprendió muchas cosas. Le ayudó a consolidar su capacidad de trabajo y a hacerse con un crédito que le ha llevado a ser el técnico francés con más partidos en Primera.