Jerez, capital mundial del caballo

Los Juegos Ecuestres de 2002, que se clausuraron el pasado domingo en Jerez, han sido un éxito de participación: 1.000 jinetes y 800 caballos (alguno de ellos valorado en varios millones de euros) de medio centenar de países. Han dispuesto de un presupuesto de lujo: 65 millones de euros, una cantidad seis veces superior a los gastos que genera un Gran Premio de Fórmula 1. Y han contado con una gran afluencia de público, 300.000 visitantes, en una ciudad que presume, por méritos propios, de ser la más ecuestre de España.

El sueño jerezano, que arrancaba en 1994 respaldado por su alcalde, Pedro Pacheco, y la Federación Española, encontró enseguida el apoyo de las instituciones públicas locales y nacionales: Junta de Andalucía, Diputación de Cádiz y Consejo Superior de Deportes (CSD). Éste último aportó una subvención de 3,7 millones de euros.

Para un país como España con una restringidísima y elitista afición por la hípica, el reto se presumía importante. La ciudad fue la primera en esforzarse al máximo creando en 1997 un evento deportivo de carácter internacional, el Circuito Hípico del Sol del mes de febrero, que dio a conocer a nivel mundial sus cualidades hípicas. Ese mismo año, la Federación Ecuestre Internacional (FEI) se rindió a Jerez.

Y Jerez, que no escatimó esfuerzos, ha tenido su recompensa. La Familia Real, presente en la inauguración y en la clausura, y muchas personalidades del mundo de la política y la vida social han contribuido a aumentar el glamour de la competición. Entre sus ilustres participantes se han podido ver a la princesa Haya de Jordania o el príncipe de Dubai, un detalle que las casas publicitarias han sabido valorar a la hora de estar presentes en los selectivos stands de las instalaciones de Jerez.