El Portland gana cuando era imposible

Se cumplieron de largo las expectativas de Ciudad Real, con un partido intenso, trepidante, sin concesiones, emocionante y divertido. Como para pedir que los dos equipos siguiesen jugando... pero con otra pareja arbitral, que la de ayer estaba en pretemporada.

Ganó el Portland, porque siempre gana en Ciudad Real, pero sobre todo porque es un equipo tremendamente duro psicológicamente, que jamás se descompone, ni siquiera ante las ausencias de Iakimovic, Jovanovic y Buchler, que actuaron sin rendir lo que se espera de ellos.

Perdió el Ciudad Real, que superó la adversidad en forma de exclusiones (10 contra 5) y gracias a que su portería estuvo soberbia: detuvo 5 de 10 penaltis.

Pero el Ciudad Real cayó en el error de verse ganador a cuatro minutos del final, cuando tenía cuatro tantos de renta e Iker Romero parecía un huracán imparable. Entonces surgió un Garralda impresionante para acompañar al portentoso Richardson. En un pis pas, zarpazo decisivo rematado con un contragolpe de Juancho Pérez.

Aún tuvo opción de empatar el equipo de casa gracias a un penalti dudoso; pero Uríos, con el tiempo cumplido, echó su único borrón fallando el tiro.