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Copa del Rey | Novelda 3 - Barcelona 2

Madrigal se crió en la Ford y Paterna

Antonio Jesús Madrigal ya la tocaba bien en el equipo de empleados de la Ford, se formó en las categorías inferiores del Valencia y ha terminado por explotar en Novelda donde se ha ganado a una afición, que va a disfrutar de él dos campañas.

Andrés Agulló
<B>TRIUNFADOR</B>. Madrigal se convirtió anoche en la estrella de la Copa al eliminar al Barcelona.

Antonio Jesús Madrigal Vilchez (19-01-76), el hombre que ajustició al Barça, ya apuntaba buenas formas con el balón en el colegio La Fila (Alfafar, Valencia). Estaba tan encaprichado con el cuero que al fin su padre, empleado en la factoría Ford de Almusafes, en Valencia, accedió a inscribirlo en el equipo de la multinacional. Y así empezó a forjarse la hazaña de este delantero, que pronto encontró el hueco soñado en la escuela del Valencia, donde ingresó con 11 años, en el equipo alevín. Con alguna recomendación, como dice en broma, pero con ese instinto depredador en el área que terminó por convencer a casi todos. Menos a uno. Lástima para el Valencia, tan necesitado de delanteros.

El chaval, esperando la oportunidad que no llegó, se marchó a los 16 años, al Gimnástico, de Valencia, hoy curiosamente filial del campeón por una buena negociación del consejero Manuel Torres. Y allí volvió a acreditar que el gol es lo suyo. Su buena temporada no pasó desapercibida. Comenzó su ascensión. Primero el Alzira (1999-2000), de la Segunda División B, con Toni Aparicio.

Al año siguiente al Terrassa y ahora en el Novelda (máximo goleador del equipo la temporada pasada, con 12 dianas). Cuánta razón tenía Aparicio en esos duros días que martilleaba al presidente Juan Francisco Sánchez para que apretara al Terrassa. Logró su pase en unas duras negociaciones, que no le costaron un duro a las arcas. Se encargó la operación a un conocido intermediario de la Segunda B: Gregorio Muñoz, que logró romper ese año de contrato que le ataba. Pero se obró el milagro.

Un contrato modesto. Sobre todo, porque Antonio Jesús accedió a bajar sus pretensiones económicas. Así que mientras su madre, patronista de profesión, hilaba, él empezó a zurcir buenos goles. Un buen torrente, que le valió la admiración de La Magdalena y también la renovación de su contrato por dos temporadas más. Contrato modesto, no esas cifras siderales que manejan las estrellas, y sin primas por goles: "Aquí la gente está muy ilusionada, esto no es la élite, pero noches como ésta compensan todo".

Este maldito 11 de septiembre para Gaspart ha dado a Antonio Jesús Madrigal otra aventura más que contar a sus hijos, que llegarán, como dice, pero cuando encuentre novia, como le gusta apostillar. "Ha sido una situación indescriptible. Tres goles al Barça y eliminado de la Copa del Rey. Nunca me había pasado nada así y me temo que no volverá a repetirse".

Es tan buena gente este Madrigal que ya más en frío seguía repitiendo que ese hat-trick fue de todo el equipo. "Se nos puso muy difícil, pero pensamos que podía saltar la sorpresa en alguna contra. El Barça estuvo a un gran nivel. ¿Menospreciarnos por ser de Segunda B? No. Lo que sucede es que estarían acostumbrados a ver por la tele estos partidos y esto es de mucha lucha, mucha brega y es normal que estuvieran incómodos".

Sin prima pero con juerga. Cena, un poco de celebración anoche y esta mañana a las diez al entrenamiento. "Tenemos que centrarnos en la Liga; salimos a disfrutar lo máximo posible ante el Barcelona, pero para lo que estamos metalizados es para el partido del domingo". Ahí les va la vida otra vez. De nuevo estará Madrigal para zurcir los goles del 9 a la antigua usanza.