NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA
Actualizado a

Nico no sabe estar calladito. Ni siquiera ahora que las cosas le empezaban a ir bien, con su hat trick al Everton aún caliente, mantiene la boca cerrada. Ayer se despachó a gusto contra el Arsenal, al que se enfrentaba en Highbury. "Gracias a mi trapaso tuvieron dinero para fichar jugadores. Tendrían que estarme agradecidos", dijo. Seguro que lo están, porque con su dinero llegaron, entre otros, Henry o Pires, claves en el último doblete de Liga y Copa. Nico no sabe estar calladito, está claro. Dijo que se fue del Liverpool porque Houllier no le apreciaba y del PSG porque "Luis Fernández no es un hombre inteligente". Hasta llegó a decir, recién aterrizado en el PSG: "He venido a ganar títulos; dinero ya ganaba en el Madrid".

Así es Nico, un niño grande que últimamente deja escapar demasiados trenes. El último, el del Mundial, en el que Lemerre se decantó por Cissé. Anelka ya no es el delantero que maravilló en el Arsenal. Ahora es una sombra con un número a la espalda. Tiene 23 años y parece viejo. Y lo más preocupante es que está obstinado en dar la razón a sus detractores. "Es un mal ejemplo para la juventud", afirmó Claude Simonet, presidente de la FFF, cuando Nico se negó a entrenarse con el Madrid. Dos años y medio después sigue dando qué hablar... casi siempre para mal. Confiemos en que Moody (en inglés, malhumorado), como le llaman en las Islas, salga adelante.