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Amistoso | Espanyol 0 - Chievo Verona 0

Penaltis amargos en el gran estreno

Iván Amaya debutó y falló la pena clave. Maxi fue el mejor de largo

Actualizado a
<b>EL TROFEO VOLÓ</b>. El debut del Espanyol de Juande Ramos ante su afición se saldó con derrota.
toni vilches / rudy

Triste final para un Memorial Fernado Lara. El Chievo Verona se llevó el Ciutat de Barcelona ante un Espanyol que ni encajó ni marcó pero que no pudo mantener el nivel de efectividad de los italianos en la tanda de penaltis, siempre bajo la lluvia, que vació Montjuïc.

"¿Quieres que te dé mi camiseta?", le dijo Tamudo al italiano Corini en el minuto 23 de partido. Raúl estaba ya harto de los agarrones y del juego sucio de Chievo Verona, que por mucha revelación del Calcio que fuera, no pasó de ser una banda de aguerridos futbolistas dedicados a no perder en su viaje veraniego a la lluviosa Barcelona. Pese a las trabas climáticas, el Espanyol trató de mover el balón con criterio. A veces hasta lo consiguió.

Los de atrás pasaron desapercibidos. Domoraud parece que no esté y Amaya no pareció desentonar pese a tener sólo 24 horas de vida en blanquiazul.

Lo interesante sucedía cerca del meta Lupatelli. En torno a Tamudo se movieron con destreza Albert Crusat y Maxi Rodríguez. El canterano es rápido y camina directo a ser un ídolo de la grada. La impresión es que si sabe temperar su chispa en los últimos metros puede serle útil a Juande. Sin embargo, el que chutó y flirteó más con el gol (minutos 14 y 26) fue el argentino. La Fiera se adaptó a Montjuïc y en cuanto la grada le aliente y el partido cuente de verdad, pues hará daño.

Curiosamente, la oportunidad más clara del primer acto la protagonizó la cabeza de Bierhoff. El alemán se marchita, pero aprovechó una mala salida de Argensó para mandar el balón al larguero.

Ideas nubladas.

El descanso nubló las ideas locales y acrecentó la mala leche de los de Verona, que no fueron ni Romeo ni Julieta. D’Anna y Passoni vieron la roja en un triste Chievo. Con Milosevic en el campo, Tamudo perdió mordiente y solamente Maxi siguió en sus trece. De falta o desde la frontal, el argentino no superó a Lupatelli. Entre él y los demás hubo un diferencia brutal.