No hay recambio

El aspecto más positivo de esta edición es que no se ha hablado de dopaje. Y eso es muy importante para el ciclismo. Y la principal conclusión que se puede extraer es que el Tour no tiene recambio. De las cuatro veces que ha ganado Armstrong ha sido ésta en la que más ha dominado. No ha recibido ni un sólo ataque serio, porque sus rivales no podían. A este paso es muy probable que el año que viene consiga el quinto. Su única amenaza sería que Ullrich volviera, y mejor que nunca. O que Sevilla, que este año no ha podido hacer nada por su enfermedad, pudiera hacerle daño en la montaña.

Beloki ha vuelto a subir al podio y mejorando un escalón. Es un corredor muy seguro para esta carrera, no cabe duda, pero no es un ganador de Tour. Es un ciclista para aguantar, pero no para marcar diferencias.

El ciclismo español se ha llevado dos etapas (Freire y la ONCE) o cuatro, si contamos las dos de Botero para Kelme. La ONCE ha ganado por equipos, hemos metido un corredor en el podio, dos entre los cinco primeros y cinco entre los diez mejores. No podemos decir que sea mal balance, pero yo esperaba más de los españoles. Creía que iba a ver a dos de ellos en el podio y algún triunfo de etapa más. Pero más que resultados, yo confiaba en ver un mayor protagonismo de nuestros corredores en este Tour.