Armstrong no es eterno

A estas alturas, nadie duda de que el favorito número uno de la carrera es Lance Armstrong. Pero de lo que tampoco duda nadie es de que hasta los grandes corredores a veces hincan la rodilla. Anquetil, Merckx, Indurain... hubo un día que fallaron. ¿Por qué no pensar que pueda ser éste el año en que falle el incombustible Armstrong? Si esto sucede, los nuestros deberán aprovechar que, después del americano, son los mejores. Corredores como Sevilla, Igor González de Galdeano, Beloki y Heras deberán luchar por el triunfo. Hasta el propio Heras, que está bajo las órdenes del gran líder, juega su baza porque es el recambio en el equipo por si falla Armstrong.

La ausencia de Jan Ullrich reduce el número de enemigos a uno: Armstrong. Hay que decir también a nuestro favor que no es demasiado difícil que un corredor, por muy bueno que sea, tenga un día malo, se quede en algún corte o sufra algún otro tipo de contratiempo. Conquistar más de tres Tours seguidos es una hazaña al alcance de pocos. Hasta Indurain, el único que ha sido capaz de ganar la prueba cinco veces consecutivas, falló cuando todos creíamos que iba a sumar su sexto Tour. Ocurrió tras exhibirse en el Dauphiné Liberé (igual que Armstrong este año). Creo que no es una simple coincidencia. Tengo una gran corazonada.