Yo digo J. J. Santos

Crece la indignación

J.J.Santos
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Según pasan las horas, duele mucho más la eliminación de España. Eso tiene un peligro: obviar otras cuestiones fundamentales en la trayectoria de la Selección. Es cierto que cada vez que vemos las imágenes repetidas del partido nos parece más decisivo el arbitraje en contra de nuestros intereses. Cierto también que algunos detalles nos hacen sospechar de que hubo algo más que errores humanos en esas desafortunadas decisiones. Por ejemplo, la bronca que José Antonio Camacho tiene con el asistente de Trinidad y Tobago cuando mete sus narices donde no le llaman antes de comenzar la prórroga. Curiosamente, es el mismo personaje el que anula el centro de Joaquín que acaba en gol de oro de Morientes.

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Pero esa misma reflexión pausada nos debe llevar a reconsiderar sobre el rival que teníamos enfrente, lo poco que inquietaron a Casillas, las ocho ocasiones claras que se fueron al limbo por desacierto de los nuestros. Del mismo modo, es el momento de aplaudir la iniciativa valiente que tuvo el equipo en los cinco encuentros, su apuesta por el fútbol, sólo refrendada en todo el Mundial por otra selección, Brasil, las ganas de tratar bien el balón y de buscar acomodo al talento de Valerón (otra cosa es que el canario volviera a pinchar en una gran cita) o la frialdad de manejar como una selección grande los distintos avatares que nos planteó el campeonato: obligatoriedad de remontar, consistencia en prórrogas y resolución por penaltis.

Son apuntes sacados de un estado de ánimo depresivo y una indignación manifiesta. Que no caigan en saco roto.

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