Tricampeón contra debutante. El punch de Vieri y Totti contra lo "imprevisible del fútbol" que hace temblar al zorro Trapattoni. La experiencia de la azzurra contra la ilusión de todo un país que debuta en la gran fiesta y que mueve la pelota al son de un ballenato colombiano que les marca Bolillo Gómez, un alumno aventajado de Pacho Maturana y admirador de la zona de Sacchi. Un duelo áspero, pues, para los italianos el día en el que un favorito puede dejar de serlo si no espabila.

Trapattoni, maestro del catenaccio, ha optado por meter al potente Vieri en punta y a Totti a su lado, una apuesta de gol que viene blindada desde atrás por una defensa que será de las mejores del campeonato. Los centrales Nesta y Cannavaro aparecen siempre en las quinielas de fichajes de media Europa y los laterales Panucci y Maldini (que disputa su cuarto Mundial) tienen ya más escuela que un tuno treintañero. Y el centro del campo, potente, dispuesto a barrer cualquier balón. Trabajo y chispazos arriba. Su único problema es el ambiente, con un Inzaghi que golea en los entrenamientos y reclama sitio y un Montella que acusa a Totti, su compañero en el Roma, de hacerle la cama para que no juegue.

Venció a Brasil. Enfrente estará un equipo al que le gusta mimar al balón y que lleva preparándose desde enero (ha jugado 15 amistosos) sólo para este día. En la fase de clasificación, únicamente Argentina quedó por delante de la Tricolor, que se permitió dejar atrás a Paraguay, México y Brasil, a la que humilló y ganó por 1-0. El colombiano Bolillo Gómez ha confeccionado un equipo que juega de memoria, que toca y toca hasta que marea en ataque y presiona sin descanso cuando defiende y que tiene en Tin Delgado (Southampton) a un delantero potente. Italia deberá estar muy viva.